Desde el primer momento que empezamos a trabajar notamos que conectábamos con el ambiente . Cada vez más gente quería ver a Älvaro, amigos, familiares y unos abuelos un tanto alejados del bullicio esperando la salida del novio y no menos emocionados. Los dueños de las corbatas verdes y alguna no tan verde gritaban y alborotaban el salón, sacando más de una sonrisa a la familia y a los que trabajábamos cámara en mano.
Algo tarde llegamos a la casa de la Novia, allí nos esperaba Macarena, la cual me sorprendió su tranquilidad, ya que obedeció a mi " espérame sin vestir" a pesar de los 15 minutos de retraso, y no solo cumplió ordenes si no que algo así me dijo, tranquilizándome a mi también,
"que me esperen, sin mi no hay boda".
Llegó el momento de la ceremonia, primero las lecturas donde los amigos cumplieron con su deber, después los si quiero junto con los anillos, las enhorabuenas, los besos y el confeti poniendo el toque de color al blanco arroz de la salida.
En el restaurante que decir, no se en que momento mencione mi nombre pero sirvió para sacarme los colores en más de una ocasión,
¡¡ MENUDA OVACIÓN !!.
Una Boda en la que no solo disfrutamos una vez más de nuestro trabajo, si no que también disfrutamos de la compañía de esta pareja y la gente de su entorno, que entre risas y vergüenza nos hicieron pasar un día para recordar, muchas gracias por contar con esta fotógrafa.
Foto Pilar C.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario